La Tabaré - Chapa, Pintura, Lifting (2006)

«Chapa, pintura y lifting: eso hizo Rivero y compañía a sus creaciones desde 1987 a 2002. Como toda cirugía, algunas parecen necesarias, otras ayudan un poco y hay las que pasan inadvertidas. Además de estas 10 intervenciones “mecanicoquirúrgicas”, La Tabaré, creó dos temas nuevos y versionó un tema de Sumo y otro de Viglietti.

El disco arranca con “Kafkarudo”, un éxito a primera vista – evítese la palabra hit para no ofender al autor –, acompañado de pinceladas ricoteras y percutido con los redoblantes por segundo necesarios para advertirle el error a todos los que pensamos que el milongón era el ocaso rockanrolero de Rivero. Después llega una versión extraordinaria de “El Tacho”, del primer disco de la banda, que deja de sonar a café concert para sumarse a un sonido pop que acompaña a casi todas las canciones del disco. Arreglos melódicos de viola, golpes de batería más cercanos y toque de energía rítmica aparecen recurrentemente en temas como “Zona de combate”, o “El Romancero” que pierden su tristeza original pero que la recuerdan perfectamente.

A medida que pasan los años, los cambios son menores y los temas más recientes como “Flan del rock”, “Ojalá” o “Enemistad” no parecen tener demasiadas diferencias con los originales, excepto por algunas variaciones en la melodía de la voz.
La quinta pista la ocupa la versión del tema de Sumo “Crua Chan”, ideal para programarla a las seis am y salir a la calle a destruir objetos y sujetos que defiendan intereses incompatibles con los propios. El otro cover del disco es “Gurisito” de Daniel Viglietti, que parece haber sido hecho con la misma máquina que la versión de “El Chueco Maciel”, incluida en Placeres del Sadomusiquismo. Otro tema nuevo es “BSDM”, una caricatura musical que habla de las propiedades destructivas del amor, que bien podría estar en un disco de Leo Masliah. Rivero se despide con “Epitafio”, versión que corre a velocidad de doblebombo y termina con frases fúnebres que siembran a cuatro vientos la mejor forma de morir.

Más allá de gustos y disgustos, estamos ante la reinterpretación de una obra larga, sufrida y celebrada. Algo brutalmente lejos de una mera recopilación porque goza de reivindicación, porque importa el cómo pero también el qué. Rivero vuelve a cantar “Las raíces desteñidas”, “Contracrisis”, “Excepto a veces” y salvo por pequeñas actualizaciones semánticas, cualquiera que lo escuche verá que el cantautor, en su flanofobia, sigue siendo rock and roll.» (Montevideo.com)

Many thanx/muchas gracias a Jimena desde Uruguay (y también a La Tabaré) por ese “post”.

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